El hormigón refractario, también conocido como concreto refractario, tiene un uso extendido en diversas industrias donde las estructuras o equipos deben resistir altas temperaturas. La capacidad del hormigón refractario para resistir las condiciones térmicas extremas lo hace indispensable para ciertas aplicaciones. Veamos algunos ejemplos:
Industria del Acero y Metalurgia: El hormigón refractario se utiliza comúnmente en la fabricación de hornos industriales, equipos de mantenimiento, trasvase y altos hornos para la producción de acero. Se utiliza para recubrir zonas específicas, proporcionando una barrera resistente al calor que permite a los hornos alcanzar y mantener altas temperaturas sin dañarse.
Industria del Vidrio: Al igual que en la metalurgia, los hornos para la fabricación de vidrio también necesitan resistir altas temperaturas. Aquí, el hormigón refractario se utiliza para recubrir y proteger áreas críticas de los equipos.
Industria de la Energía: En las centrales térmicas y nucleares, el hormigón refractario se utiliza en varias partes de la instalación, especialmente en aquellas que están sujetas a altas temperaturas o condiciones corrosivas.
Industria Química: Muchos procesos químicos requieren de altas temperaturas, y el hormigón refractario se utiliza para construir y mantener los reactores y otros equipos que se utilizan en estos procesos.
Industria del Cemento: La mayoría de los equipos implicados en la producción de cemento están recubiertos con hormigón refractario para protegerlos del intenso calor generado durante el proceso.
El proceso de bombeo del hormigón refractario, que denominamos Pumpcrete, se utiliza para transportar el hormigón desde su mezclado hasta donde se necesita, permitiendo su colocación en zonas de difícil acceso o en grandes volúmenes. En los lugares donde se requiere un revestimiento resistente al calor, el hormigón refractario se bombea en su lugar y luego se deja curar antes de que la estructura sea sometida a condiciones de alta temperatura.